30/11/09

Regreso a Lima

Hoy, sabado 28 de noviembre, y ya en la recta final de mis vacaciones, toca volver a Lima. He preferido volver un día antes de mi vuelo de regreso a España para asegurarme el estar allí ya que Cuzco está a 3.326 metros sobre el nivel del mar y las condiciones metereológicas pueden cambiar radicalmente y hacer que algunos vuelos se suspendan como ha pasado en ocasiones. La verdad es que me hubiera gustado quedarme algún día más aquí, porque aún quedan muchas cosas por ver incluso en el mismo Cuzco, pero no puede ser.

Como ayer me acosté pronto hoy me despierto pronto. Por una parte mejor porque así voy cogiendo el ritmo de las horas de España. Hago tiempo para bajar a desayunar preparando el equipaje aunque ya me da igual que las arrugas de la ropa no coincidan porque ya poco más me queda por hacer.

Mi vuelo hacia Lima sale a las diez de la mañana pero tengo que estar en el aeropuerto, al menos, una hora y media antes. Así que a las ocho pago mi factura y mi chofer me lleva hacía alla. Cómo voy a echar de menos eso de tener conductor propio.

Ya por fin, con algo de retraso, nos llaman para embarcar. Ya estaba yo algo preocupado pensando que si mi vuelo era de los que se cancela pero no, hoy no me toca aunque hasta que no esté en el aire no tengo todas conmigo.



La duración del trayecto es un poco menos de una hora. En ese tiempo hasta nos dan un pic nic de unas galletitas saladas y un bizcocho junto con una bebida a elegir. Qué detalle. En otras compañías te dan solo un caramelo.

Ahi abajo queda Cuzco y ante mi se extiende un mar de nubes que parecen de algodón. Hay una diferencia tremenda a verlas desde aquí arriba o desde abajo descargando su, en ocasiones, preciado tesoro.

El vuelo se hace corto, muy corto y me voy al mismo hotelito donde estuve cuando llegué. Un hotel que está por el centro y a mano de todo. Despuesde dejar el equipaje me voy a dar una vuelta por una zona por la que no fui la otra vez y me encuentro el barrio chino de Lima. Increible. Un barrio chino auténtico, como en Nueva York, con sus carteles en chino, su entrada china y, por supuesto, sus restaurantes chinos que aquí se llaman Chifas.







Con todos los animales del horóscopo chino dibujados en el suelo



En Lima, aparte del barrio chino, pueden encontrarse muchas más cosas, como la última moda en lencería femenina



o la de lencería masculina



y lo mas sorprendente de todo



¡¡¡pantalones que simulan tener barriguita!!!. Chicas, quítense las fajas, tiren las cremas reductoras, bórrense de los gimnasios y luzcan esas barriguitas sin necesidad de esos pantalones. Todo es expotable y esa moda llegará pronto a Estados Unidos y de ahí a Europa, así que sean precursoras en su país. La moda de los cuerpos danone está desfasada, ya lo ven, y ahora se avecina la barriguita cervecera así que menos actimel y más Mahou 5 estrellas.

No estaría mal pero lo cierto es que se trata de pantalones para embarazadas. Aunque quién sabe, todavía quedan cosas por inventar.

Hoy es sabado por la tarde y se nota. Hay muchas zonas que estan atestadas de gente, zonas de compras que tienen la mayor parte de sus calles peatonales y por donde se puede pasear sin escuchar el ruido de los coches.



Hay una cosa que me queda por probar antes de irme de este país y son los anticuchos y el pisco sour. Lo primero son lo que nosotros conocemos como casquería que se hace a la parrilla y lo segundo es un combinado que se hace con el pisco, un aguardiente nacional de uva.

Así que para lo primero me meto en un sitio donde dicen que los preparan bien y pido un anticucho de corazón, pero no pregunto de que bicho es, mientras que se pueda comer toda va bien y la verdad es que no está nada mal sobre todo después de las sesiones de comida vegetariana y arroces que me he pegado. Viene acompañado, como es habitual, de papas fritas y choclo que no es otra cosa que maiz y yo sin saberlo. Se que ese tipo de comidas desagrada a unos cuantos pero a la brasa como está hecho esto parece otra cosa.

Así que, después de una cena diferente, me voy a mi hotelito que tiene un bar donde preparan los pisco sour decidido a probar uno. Aunque yo no soy de beber alcohol salvo un buen vino y alguna cerveza, no quiero dejar pasar esta ocasión para celebrar el viaje que he tenido así que a vuestra salud. Supongo que en esa forma de combinado se rebaja bastante porque tampoco pega mucho. Es algo así como una margarita pero con otro sabor, claro. Tendré que buscar la combinación a ver si soy capaz de hacerlo.

Son las diez de la noche y es hora de cerrar el quiosco así que mañana, mi último día, seguro que habrá algo que me depare alguna sopresa.

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