Y esa ciudad es Cuzco, claro, donde estoy hoy 25 de noviembre de 2009. La ciudad en la que ha estado lloviendo toda la noche y en donde ha amanecido nublado. Eso quiere decir que tengo todas las papeletas para que me toque un día pasado por agua. Hasta ahora he tenido mucha suerte con el tiempo porque, a pesar de ser época de lluvias, he tenido sol casi todos los días.
Hoy me he levantado más tarde que de costumbre y no se si ha sido porque estaba más cansado que de costumbre o porque he cerrado las cortinas más que otros días y no he visto como salía el sol. Quizás más la segunda que la primera. Así que a desayunar como un señor y a la Plaza de Armas, con mi chofer particular, a concretar lo del viaje de esta mañana que, como ya no me queda mucho tiempo libre, he contratado un tour de esos que te llevan por todos los sitios para ir viendo cosas aunque no son de mi devoción y en este caso para ir por la zona del Valle . No está mal de precio y además incluye la comida así que qué más se puede pedir.
El Valle Sagrado se corresponde con al valle rio Urubamba y entre las zonas mas importantes para visitar están las ruinas de la ciudadela de Pisac y las de Ollantaytambo
Al final voy en un autobús que va casi lleno. Una multitud para mí, y entre ellos he visto que hay algún español. Salimos a las nueve y a la media hora de la salida, quizás un pocó más, la primera parada en un mercado de artesanía. Empezamos bien. Si yo no quiero comprar nada para que leches paramos ahí. Imagino que por algún interés concreto del conductor o del guía, porque lo que se dice interés cultural no tiene ninguno. Mientras me entretengo con unas llamas que andan por ahí sueltas.
Vamos camino de Pisac y la zona por la que pasamos está llena de zonas de cultivo sobre todo maiz. Hay que ver la cantidad de maiz que comen por aquí o a lo mejor es que no distingo unas tomateras de un maizal, no se. Tendré que estudiar más botánica. Más tarde el guía nos dice que los cultivos son de maiz, coca, papas, quinua y otros cereales. Aparte de esos cultivos se ven extensiones amplias repobladas de eucaliptos.
Son casi las diez y el cielo sigue nublado aunque, de momento, no llueve. Mejor así porque no quiero mojar la ropa que necesitaré para Machu Pichu
La carretera se hace cada vez más revirada y con unos barrancos que quitan el hipo. Nos detenemos un momento en un mirador desde donde se divisa el inicio del Valle Sagrado. Me llama la atención la marquesina que usan aquí para la parada del autobus.Todos las cimas de las montañas que rodean esta zona están cubiertas de niebla y, hacia abajo, ya se ven algunos bancales que datan de la época inca. En total el Valle Sagrado tiene una longitud de 150 Km así que por mucho que corramos no creo que me dé tiempo a verlo entero.
Para recorrer está zona y otras que hay más cerca de Cuzco e incluso para entrar en algunos monumentos también de Cuzco hay que comprar un pase turístico que cuesta 170 soles y sin el cual no te dejan ni asomar la cabeza. Este pase vale para varios días. También hay uno que es para un solo día y que cuesta la mitad pero solo permite el paso a cuatro sitios de interés y ese será el que yo me compre.
Pisac es una fortaleza inca, más grande que Machu Pichu, que está construida en lo alto de un altiplano y rodeada de barrancos por todos los lados. Desde la parte más alta se domina todo el valle del río Urubamba. Tiene un centro de ceremonias y diversos templos que están bien conservados. Para llegar de unas zonas a otras hay unos caminos por la ladera de la montaña, hechos con escalones de piedra, que cuentan, en algunos casos con pasamanos, porque se asoman a unos barrancos que no permiten ninguna distracción. Por esos caminos he visto bajar a un nombre casi a gatas. No sé ni como se atreve con lo que le espera . Hay que tener ganas.
Son las dos y media y hacemos una parada para comer. En un restaurante nos dejan a dos chicas y a mí. El resto se va a otro y no se muy bien por qué. Quizás han pagado más o quizás menos, no lo se. Las dos chicas que se quedan, María Jesús o Chiki, como así la llaman, y Claudia viven en Miami pero la primera es de Madrid. Están también por aquí de vacaciones, algo cortas pero vacaciones al fin y al cabo. Y lo sorprendente para mí es que Chiki, que por cierto no se si se escribe con k o con q, lleva unos apuntes de un master que está preparando y del que se tiene que examinar a la vuelta así que de vacaciones y estudiando. Mala mezcla bajo mi punto de vista. Espero que el esfuerzo merezca la pena y que apruebe. Un fuerte abrazo para ella y otro para Claudia que puede que lean esto.
La comida no está mal para ser un autoservicio aunque han venido un grupo de extranjeros que han arrasado con casi todo. Un poco más y hasta me dejan sin café.
Como hemos sido los primeros en bajar a comer somos los primeros a los que vienen a buscar. Luego al resto y como no puede ser de otra manera hay que esperar a la pareja de marras, a los tardones. Después de unos cuantos bocinazos se incorporan y continuamos la marcha.
Nuestro siguiente paso es Ollantaytambo., ruinas incas con enormes y empinados bancales y uno de los pocos lugares donde los conquistadores españoles perdieron una batalla importante. En realidad, estas ruinas son de un templo, un centro de ceremonias, y no de un lugar defensivo. Lo sorprendente de estas ruinas son los enormes bloques de piedra con los que está construido, bloques que trajeron de una cantera cercana, y que no puedo hacerme idea como consiguieron moverlos con la tecnología que tenían en aquellos momentos. Fuerza sobrehumana? fuerza sobrenatural? o quizás solo un ingenio tremendo y múltiples trabajadores forzosos. En fin, eso es tema para otro estudio.
El pueblo que lleva el mismo nombre que las ruinas se ha edificado sobre los cimientos de lo que antes eran construccion incas y ha estado habitado desde el siglo XVII. Tiene cierto encanto porque conserva calles estrechas, conducciones de agua y cierta actividad por ser un punto de partida para llegar a Machu Pichu.
Continuamos la marcha y nuestra última parada es Chinchero. Es un pueblo artesanal que se dedica, sobre todo las mujeres, claro, a la confección textil con lana de alpaca. Tanto es así que nos dan una charla informativa sobre como se hila, como se tiñe y como se teje con ese tipo de lana. La charla nos la da una señorita ataviada con el traje típico de la zona y acompañada por otras mozas vestidas de igual manera. Después de la charla, nos hacen pasar, amablemente, por la sala de ventas por si nos da el gusto de comprar alguno de sus productos. La verdad es que tienen precios de risa, al menos a mí me parecen baratas las cosas que venden, y como soy hombre fácil me compro, por fin, un gorro de esos de peruano que no sé ni cuando me lo pondré. Quizás cuando salga a la sierra en invierno. Pero por 4 euros, al cambio, un gorro de lana de alpaca que, además, hasta parece auténtico como para no picar.
Algunos de los que van en el autobús se quedan en Ollantaytambo porque desde allí suben varios trenes hasta Aguas Calientes, el pueblo desde donde se accede a Machu Pichu. Entre los que se quedan están Chiki y Claudia.
Si hubiese planificado mi viaje de una manera más tranquila quizás hubiese hecho lo mismo porque hay más frecuencias de trenes para subir desde allí que desde Poroi, la estación más cercana a Cuzco, y seguro que más barato.
Regresamos a Cuzco más tarde los previsto, ya de noche y, tal y como se conduce aquí, es toda una emoción. Aquí se adelanta cuando al conductor le parece bien. Toca la bocina, se pone a adelantar y para que al que se adelanta deje hueco se echa enseguida a la derecha como para cortarle el paso. Y eso se hace venga o no venga alguien de frente porque, se supone, que aquí los coches no son muy veloces y da tiempo de sobra a adelantar. Pero me pregunto que pasará el día que uno corra más de la cuenta. Lo cierto es que se ven pocos accidentes, incluso en la ciudades donde, por la configuración de las calles, hay muchas cruces y donde el que mete el morro antes es el que pasa, eso sí, siempre tocando la bocina.
Es tarde y no me apetece ir a cenar así que me meto en un super a comprar pan de molde y embutido naciona, para hacerme unos bocatas, y unas manzanas. Llamo al hotel para que venga mi chofeur particular y en un cuarto de hora estoy en mi habitación preparado para un suculento banquete.
Hoy he aprendido dos cosas. La primera que hay sitios menos conocidos como Pisac y Ollantaytambo, tan interesantes como Machu Pichu y mucho menos visitados y a los que habría que dedicar, al menos, un día a cada uno para saborearlos y disfrutarlos en condiciones. La segunda es que los tour guiados siguen siendo tan coñazo como siempre porque te llevan donde ellos quieren, el tiempo que ellos quieren y al final te quedas a medias de todo. Pero cuando hay poco tiempo no queda más opción.
En el hotel tienen mis billetes de tren para mañana para ir a Aguas Calientes. El punto principal de mi viaje a Perú. La ruinas de Machu Pichu así que ahora a descansar que mañana será otro día y con alguna sorpresa buena, seguro.
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